#003 LA TORMENTA PASARÁ

¿Quién es este hombre?

¿Sabía Jesús de la tormenta que se avecinaba?

¿Había que temer?

Escrito por Velko Marušić | CEO Dracma Perdida

@marusicverdeguer

La Biblia esta llena de muchos ejemplos de personas que experimentaron diferentes pruebas. Por ejemplo, Noé tuvo que soportar el vagar con el arca durante el diluvio por 40 días y 40 noches. Israel fue esclavo en Egipto por 430 años. Hasta que Moisés los guío por 40 años en el desierto, hasta que llegaron a la tierra prometida. Para luego ser enviados al cautiverio a Babilonia por 70 años.

Al igual que en los tiempos bíblicos, cuando nos enfrentamos a circunstancias difíciles, como enfermedades, crisis familiares y financieras. Nuestra fe y confianza en Dios son expuestas a las pruebas. Como hemos visto, el coronavirus y la cuarentena son más pruebas. En esta oportunidad no queremos concéntranos en el por qué de ellas, sino todo lo contrario, el para qué y cómo debemos responder a los tiempos difíciles.

La meditación se titula la tormenta pasará, a través de esta enseñanza pretendemos desafiarlos a permanecer fieles a Dios en tiempos de prueba y que cada decisión que tomemos, sea en busca de la gloria de Dios. Más aún cuando recordamos que Jesús pagó con su sangre por la tranquilidad y la paz de nuestra alma, aún en tiempo de tormenta.

A continuación veremos 3 motivos por los cuales debemos experimentar tranquilidad cuando nos encontremos bajo las pruebas:

Tienen fecha de caducidad 

La Biblia nos enseña que todas las pruebas tienen fecha de vencimiento, esto significa que son procesos con principio y fin. Eventualmente todas las pruebas pasarán y el coronavirus no será la excepción. En Marcos 4: 35-41, Jesús pronunció las parábolas del reino, y ahora pondría a prueba a sus discípulos para ver cuánto habían aprendido. Cuando se desencadenó una gran tormenta en el Mar de Galilea, los discípulos tuvieron que enfrentar sus gigantes y temores. Lamentablemente, ellos fueron derrotados porque no pudieron dominar sus miedos y ver más allá de su egoísmo y de sus propias fuerzas.

Con Dios de nuestro lado, pasaremos por las aguas y por el fuego de las pruebas (Isaías 43: 1-2). Las prueba son procesos con un periodo de duración determinado por Dios (Jeremías 29: 10-11), quien es perfectamente consciente de nuestras capacidades (1 Corintios 10:13), así que evidentemente sus pruebas son destinadas al bienestar de los que lo aman (Romanos 8: 28-30). En el Nuevo testamento, pruebas de Dios, como la tormenta que experimentaron los discípulos tuvieron un periodo de duración corto, después del cual Jesús trajo la calma. Después de resistir la tormenta Dios promete que hará que todo sea mucho mejor que antes (1 Pedro 5: 10).

Franklin D. Roosevelt alguna vez dijo: “que un mar en calma nunca ha creado un marinero hábil”. Asimismo, Jesús permitió que sus discípulos enfrentaran vientos de tormenta para probar su fe. Si el viento de prueba no hubiese soplado, jamás los discípulos se habrían preguntado: Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen (Marcos 4: 41). Con las pruebas tenemos la oportunidad de ser mejores discípulos de lo que fuimos antes, ya que Jesús no dijo que no tendríamos peligros, sino que prometió victoria segura sobre el peligro.  

Cuando confiamos en Dios

En lo personal me gusta viajar, como parte de mi trabajo esto es una actividad muy frecuente, tristemente ahora el coronavirus nos ha forzado a todos a quedarnos en casa. Cuando viajo no tengo preferencia si viajo de día o de noche. Sin embargo, muchas personas no son así, hay personas que no les gustan viajar de noche, ni mucho menos pueden pegar un ojo cuando viajan.

En Marcos 4, Jesús no sólo decidió cruzar el mar de Galilea de noche, sino que se hecho a dormir en la parte trasera de la barca. En el original de la Biblia, Jesús no sólo estaba dormido, sino que estaba durmiendo pacíficamente. Cuanto contraste con la escena caótico que debieron de experimentar los discípulos, quienes literalmente luchaban con sus propias fuerzas por sus vidas.

También en la Biblia se nos enseña que Dios nos hace pasar por pruebas, incluso hasta pasar hambre, solo para ver caer pan del cielo. El quiere enseñarnos a confiar en sus promesas y tener vida (Deuteronomio 8: 2-4). Cuando los discípulos estuvieron en la prueba, se olvidaron los milagros y las enseñanzas de Jesús, entonces tuvieron miedo de morir, se olvidaron de la promesa de vida eterna del Reino de los Cielos. Cuan seguido en las pruebas imitamos la falta de fe de los discípulos. Sin embargo, debemos recordar que Jesús no promete un viaje fácil, pero sí garantiza que llegaremos a nuestro destino final.

Así que ya sea que vivamos o muramos, no debemos preocuparnos porque el resultado final es uno solo. Dios nos ha llamado, no para castigarnos, sino para recibir salvación por medio de Jesús, nuestro príncipe de paz. Debemos pedir a Jesús que nos ayude a confiar en Él.

Cuando tememos a Dios

La Biblia enseña la importancia de temer a Dios y los beneficios de hacerlo. No es lo mismo miedo que temor, en tiempo de crisis y cuarentena lo que necesitamos no es miedo, sino temor a Dios. El miedo puede paralizarnos, pero el temor nos impulsa a buscar y a seguir a Dios. El miedo es producto de nuestra incredulidad que nos hace dudar del cuidado de Jesús. En cambio el temor a Dios, es el respeto y reverencia que sentimos por su divinidad, y como profundamente sentimos fallarle.

El miedo puede hacernos pensar que esta situación difícil que enfrenta el mundo no terminará jamás, en cambio cuando tememos a  Dios, Él es nuestro refugio y podemos confiarle nuestra protección  (Salmos 34: 7). No importa la situación que enfrentes, si temes a Dios, serás librado.

En el nuevo testamento, en Marcos 4 durante la tempestad, vemos que los discípulos de Jesús inicialmente sintieron miedo, pero cuando Jesús calmó la tormenta ellos sintieron temor. Ellos se preguntaban quién es éste que hasta al viento y el mar ordena.

Esta palabra “Temer” puede traducirse muchas veces como “reconocer que Jesús era Dios”, ya que sólo es Dios quien puede controlar los vientos y el mar.

Entonces los discípulos de Jesús se vieron en medio de una tormenta no por su desobediencia a Jesús, sino para probar su obediencia y fe en Él. En conclusión la tormenta permitió glorificar a Jesús y reconocerlo como Dios.

Estas fueron 3 razones por las cuales debemos esta felices y tranquilos cuando nos sobrevenga las tormentas, ya que nuestro mayor problema no esta en la tormenta, sino dentro de nosotros mismo. Recuerda que toda prueba pasará y que tu paz no depende de las circunstancias, sino del carácter inmutable de Dios.